domingo, 2 de diciembre de 2012

ESCAPADA FIN DE SEMANA



 Un fín de semana de escapada en familia.




Viernes hacia  las 19:00 llegamos con ilusión, y la semana a cuestas, a una casa rural en el Norte. Es de noche ya y ha llovido mucho. Hace frío y promete hacer más. Nos hemos perdido un poco así que además de cansada, llego semi tensa y deseosa de encontrar esa paz...


Nos recibe un hombre. Me identifico y escucho los horarios de desayuno y cena.Termina sus rápidas indicaciones con  un amenzador:
_Si vais a cenar, me avisais cuanto antes,casi que me lo vais diciendo ya, ¿vale?._

Hay un tipo de "vale" que es indicador de persona con la que no voy a congeniar.
Es sútil pero son unos "vale" un tanto prepotentes, desdeñosos y en un fin de semana rural están completamente fuera de lugar.

Después, camino apresurada tras el hombre que eso sí, va impecáblemente vestido. Americana incluída. No necesito correr; es viernes y acaba de empezar mi fin de semana rural.

Entramos a  la habitación y un frío ineludible me impide admirar el tamaño y la cuidada decoración. La habitación es genial pero es evidente que hay un problema con el radiador.
Esperando en la sala a que nos cambien de habitación me acerco a la chimenea. Hecho en falta un buen leño ardiendo; en su lugar, unas pequeñas maderitas se queman discretamente.
Parece ser que somos la tercera pareja con problemas con la temperatura .


Cambiamos de habitación. Es pequeña y no cabe la cuna. Pero está caliente. Mucho. Acabamos abriendo un poco la ventana del baño para que se refresque.
 Me cuesta dormir. El comedor está justo abajo y se oye todo con mucha nitidez.
El desayuno bien; musica un poco alta pero bien. Bollería del día, tostadas, zumo recién hecho y el café también. Vuelvo a admirar la decoración. Está muy cuidada. Rural-chic con guiños tunecinos. Me encanta.

Al pagar me cobran 5 euros por "la niña"  ??? cuna desde luego que no había.
Pido una tarjeta. No tienen.

El hecho en sí de escaparnos los tres y desconectar de nuestras respectivas rutinas ha sido de lo mejor del otoño.

Nos dirigimos hacia Santillana del Mar. Por el camino vemos por doquier casas rurales, hostales, posadas. Seguro que alguno también con decoración perfecta pero además calor de hogar y sonrisa de bienvenida.










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