- Cuando una fuerza misteriosa traslada a tu bebé de la cuna a la cama y su cuerpecito se incrusta al tuyo.
- Cuando te da pereza acostarte sabiendo que esa noche no está en tu cama porque has cedido al entorno, por el qué dirán o por si le perjudicas.
- Cuando entiendes que la gente te pregunte por qué y cómo o hasta cuándo pero esas dudas ya no forman parte de tu vida.
- Cuando sabes que lactancia materna significa girarte hacia un lado o el otro, sin sacar un pie de la cama y sin llantos que rompan la noche.
- Cuando los piececitos clavados en la espalda, las "haches" imposibles y la cabezas rozando peligrosamente la mesilla se desvanencen porque te despierta con lo mejor de su repertorio de muecas alegres.
- Cuando te alegras al ver el hueco que la cuna deja en tu habitación.
- Cuando se gira hacia tí y suspira y tú puedes olerla,sentir cómo sueña y comprobar cuánto le gusta estar rodeada de esos dos cuerpos gigantes.
Durante el embarazo leí
Pero en todo ese tiempo no decidí que iba a dormir con mi niña. No es que me pareciera mal pero tampoco me llamaba la atención. Lo dejé pasar....
¡¡no tenía ni idea de lo increible que es!!
A mí me pilló desprevenida. La experiencia más bonita me pilló desprevenida.
Aquí, a 16 de enero de 2013 (cumple 10 meses)
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