sábado, 30 de marzo de 2013

Lactancia materna y vuelta al trabajo



Hasta hoy no me he parado a pensar en que llevo un año dando el pecho a mi pequeña y entro en lo que algunos consideran  lactancia prolongada.
Ya he escuchado cosas  como: -Tendrá 14 años y le seguirás dando teta-. O exclamaciones asustadas tipo:¿aún le das pecho?
También he recibido comentarios en el sentido inverso: -Tú eres pro-teta o ¡qué pasada, qué suerte!

Así que sí, el tema de dar teta con un año no deja indiferente a mucha gente y yo no me había dado cuenta, de verdad, de que estaba ya en fase de escandalizar o entusiasmar a nadie.




Uno de los momentos delicados en lo que a continuación se refiere, es el relacionado con la reincorporación al trabajo fuera de casa.



Vicent Van Gogh: Dos mujeres trabajando en el campo


Volví a trabajar cuando mi pequeña cumplió 6 meses. Decidí disfrutar del permiso de lactancia . Iba a estar 7 horas seguidas separada ella. Me incorporaba un viernes y hasta el viernes anterior tomó únicamente teta. Le ofrecí primero fruta y unos días después, cereales de manera que tuviera más opciones para comer cuando yo no estuviera con ella.

Decidí no extrarme leche sistemáticamente ya que personalmente, no me veía manteniendo la lactancia si el tema pasaba por ir con un sacaleches al trabajo.
Había leído que los bebés suelen optar por dormir o no tomar nada cuando su madre no está y decidí probar.Así que, durante los primeros días  sí que me extraje  leche para dejársela a la persona que le  cuidaba por si acaso mi pequeña quería tomarla pero no fue así.
En mi ausencia ella tomaba las frutas. Un tiempo después empezó ya a tomar la verdura en la hora de la comida y recuerdo que hubo también una época en que tomaba cereales en ese tiempo. (Nota: practicamos lo que se conoce como baby led weaning o alimentación complementaria   dirigida por el bebé)

Importante, muy importante, no caer en rigideces del tipo:  la fruta la tiene que tomar por la tarde, los cereales por la mañana o no puede ser que no vaya a comer nada en tanto tiempo.
Es un tiempo de adaptación ( separarse, volver a los horarios pre establecidos y todas las nuevas tareas que trae aparejadas) y su relación con la comida hasta el primer año es meramente educativa, lúdica o como queramos verlo...así que se puede ser flexible y merece la pena serlo.

Por resumirlo: la semana previa empezamos con otros alimentos y dos días antes de volver al trabajo ya me había "quitado" una toma. Lo de quitarla es relativo ya que con la lactancia a demanda no hay tomas sistematizadas pero sí  que estaba más tiempo sin tomar teta. 

Al volver del trabajo le ofrecía pecho y casi siempre lo tomaba. Casi siempre quiere decir que había días en que tenía que aceptar que no quería en ese momento y entonces sí, me extraía leche ( a veces con sacaleches eléctrico y otras de forma manual, por cierto) y aprovechaba para congerlarla.

Otra de las consecuencias fue que por las noches recuperábamos el tiempo perdido durante el día y pedía pecho con más frecuencia. Y esto sí  me resultó físicamente exigente al principio.
 Pero estamos hechos para adaptarnos y pronto llegó un día en que no sabía decir cuántas veces le había dado. Y esto que puede sonar espeluznante para personas como yo, que adoraba dormir y cuanto más mejor hasta que fui madre, lo digo en el sentido más postivo. 
Obviamente, me gusta más dormir del tirón que no hacerlo pero la lactancia ejerce su efecto también en nosotras y las tomas nocturnas se suceden de una forma diferente, sútil, como en una nebulosa que recuerdas sólo vagamente. Supongo que ayuda el hecho de compartir cama.

Los fines de semana y días de fiesta le ofrecía, y le ofrezco, teta a cualquier hora, sin considerar que no he de hacerlo en  la franja horaria  en que entre semana trabajo.
 Normalmente no suele tomar ( y ahora que  come más cosas, menos aún) pero una vez más, normalmente significa muchas variaciones.


Y hasta aquí por hoy...

No hay comentarios: