viernes, 11 de enero de 2013

No va todo sobre ruedas


Razones por las que  hace tiempo que no escribo: últimamente las cosas en mi vida no van precísamente sobre ruedas y además me topado con la "blogorealidad"

Ya estoy  de vuelta en este rinconcito.. No es que me haya perdido todo este tiempo tras el árbol de Navidad. Empecé con esa intención pero además mi niña y mi hombre me han necesitado.
Ella porque cayó con una bronquiolitis, él porque ha caído por otros motivos.
La vida no es siempre ideal y eso lo acepto; lo que me pregunto es si es mucho pedir que de vez en cuando se quiera parecer un poquito a ese ideal. Algo...
Estoy triste pero sobre todo cabreada con la vida y eso me ha hecho perder las ganas de sentarme a las noches a dar vida a este blog que abrí con tantas ganas de compartir mis cosas de una manera bonita, creativa, amable...
Pero aquí vuelvo. He comprendido que escribir aquí es también mi terapia y me va ayudando en el día a día. Quizá pueda ayudar a alguien el ver que no está sola en esto de iniciar la vida familiar y convivir con momentos duros, sombríos y muy difíciles. 
A pesar de todo lo oscuro de esta época, yo encuentro sin esfuerzo las mejores sonrisas para mi pequeña; le abrazo y me la como a besos todo el tiempo; le dedico mis mejores muecas payasas y paso las tardes haciendo el "cucu-tas", cantando Cinco Lobitos y aumentando el repertorio de trucos. 
Pero no lo voy a ocultar, cuando acaba el día y ella duerme, se me acaban las pilas antes que otras veces y en esos momentos un pequeño contratiempo me da la excusa perfecta para abrir la puerta a una gran tristeza o una furia aún mayor. Depende.
Y a pesar de todo la vida sigue, los días pasan y me encuentro con la certeza de que solo me queda la opción de tirar hacia adelante con todas las ganas del mundo y seguir disfrutando todo lo que pueda.
Así son las cosas mientras espero que lleguen tiempos mejores.




Segunda razón de este periodo de ausencia:consideraciones sobre la blogosfera

Como ya dije en su día, empecé este blog sin tener conocimiento ninguno de este mundo. He ido por lo tanto en paralelo entre mis pequeños posts y la lectura de otros blogs. Y en  este paseo por la blogosfera he visto cosas que me han hecho parar.
Uno: que hay blogs buenos, buenos, muy buenos. Con lo que me ha resultado más interesante dedicar mi escaso tiempo a profundizar en mil cosas antes que a mis pequeñas simplezas. Y además, con tanto blog tan completo se me han esfumado las aspiraciones de aportar algo interesante a otras personas y me he dejado ganar por un complejo de inferioridad interesante. Las cosas como son.

Dos: veo que en este inmenso mundo virtual, aparentemente tan libre, abierto y plural, hay espacios pequeños, relaciones interesadas, roces y afanes de diferente calibre.  Y todo eso no me interesa, no me gusta y ha bloqueado momentanemante mi actividad.


 Tres: que hay que llevar una vida social super intensa con el tema de la participación, el facebook, twitter,los pines del pinterest y demás. Y la cosa se acaba descontrolando. Yo no tengo tanto tiempo.

Cuatro: precisamente tiempo. Hay que dedicar mucho tiempo para hacer las cosas medianamente bien y yo me siento aquí, seguro que como muchas, a la noche tras una jornada laboral que según el día puede ser bastante cañera, una tarde intensa combinando un amor desdemedido por mi pequeña con una variada constelación de actividades, incluidas las domésticas cuando no queda más remedio.
Así que llego aquí con medio cerebro, un ojo cerrado y sueño hasta en los dedos, con lo que no puedo generar nada interesante.

 Dicho lo cual, he decidido volver.A mí me gusta estar aquí y escribir. No tengo nociones de nada para hacer unos posts de miedo, no  sé hacer manualidades, tampoco tengo una chispa exagerada ni mucho menos conocimientos cuasi profesionales sobre mi maternidad, la cocina o la decoración.

No soy una pro, la verdad. Pero al escribir, al pensar en términos blogueros o al buscar cosas bonitas yo me siento mejor y me da por querer ver mi mundo aún mejor. Y con eso me basta.
 
Así que aquí sigo.

No hay comentarios: