Hemos
vuelto; mi ilusión y yo nos volvemos a encontrar.
Después de una larga temporada fuera de juego, he
podido aceptar que mientras una se dedica con fascinación (sueño, dudas y amor desmedido) a ser madre, la vida sigue y
a veces, pasan cosas trascendentes, que nada tienen que ver con ese
momento pleno que estás viviendo como mamá pero tienen una
importancia que no puedes ignorar. Y algunas de esas cosas
importantes, son feas, difíciles de digerir y un poco crueles.
Bueno,
pues ya está. Aprendido queda. A veces no hay más remedio que
gestionar todas esas cosas que para ti son periféricas, que no
tienen nada que ver con tu pequeña, con sus primeros pasos, las
muelas, el destete o el cambio a la cama.
Mientras
suceden estas grandes hazañas hay un montón de otras cosas que te
pueden pasar y no tienen porqué ser buenas precisamente.
Mientras
organizas con ilusión las primeras vacaciones juntos, los menús de
la semana o la caja para guardar juguetes, pueden vivirse en paralelo
momentos tristes, procesos complicados que cuesta un triunfo sacar adelante.
Y
se hace; mejor o peor pero se hace. Rozas la locura, te entretienes
con la ansiedad y no te acabas de creer que puedan convivir tan
ricamente sentimientos tan opuestos.
Pero
sí, pueden y sobre todo, se puede superar.
Pues
eso, que ya estamos de vuelta.
3 comentarios:
Bienvenida! Te hemos echado de menos... Y espero que los trances difíciles de la vida se hayan superado y digerido lo mejor posible. Animo!
Bienvenida! mucho ánimo con la vuelta, tu nena te lo hará sobrellevar mejor, seguro!
Chicas, ¡qué ilusión leer vuestros comentarios!
Me he acordado con cariño de vosotras en este tiempo.
Besos
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