Un poco de ARTE en forma de música para tener siempre a mano.
Aunque tu estilo sea otro no importa, siempre hay una excusa para probar otra cosas, para dejarse llevar un momento.
Sin complejos, sin ponerse muy seria, por qué no disfrutar de Beethoven, por ejemplo, en el desayuno.
Para cuando las cosas se tuerzan; para dejar divgar a la mente y deslizarse por los caminos del alivio, poder fluir con la música y dejar a un lado las preocupaciones. Primero durante unos compases, luego para el resto del día.
Caramelo de hoy Beethoven Concierto para piano n º 5, por Kristian Zimerman
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